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¿Cómo influyen los apegos de infancia en las relaciones de pareja?

Analizar el tipo de apego de cada componente de la pareja, su desarrollo infantil y sus procesos de internalización y representación mental, ayuda a comprender cómo el propio funcionamiento incide en la satisfacción individual y de pareja.

Es difícil generalizar lo que lleva a una pareja a sentirse feliz o infeliz. Depende de muchos factores: la personalidad de cada uno, el contexto, las dificultades, la capacidad de afrontarlas… En cualquier caso, tanto la propia capacidad de amar como de mantener una relación de pareja satisfactoria y duradera está muy influenciada por el estilo de apego desarrollado en la infancia.

 

Tipos de apegos de infancia

A partir de las investigaciones de John Bowlby y Mary Ainsworth, sabemos que dependiendo del tipo de vínculo que une al niño con su madre (o cuidador principal), éste se puede mostrar seguro o inseguro. En función del comportamiento de la madre se desarrollará un estilo de apego que puede ser:

Apego seguro. Madre afectuosa, tierna, sensible y empática. El niño se siente seguro manteniendo una relación feliz y armoniosa con ella.

Apego inseguro-ansioso. Madre mantiene relación afectiva inconsistente con su hijo y el niño muestra ansiedad y ambivalencia en relación con ella.

Apego inseguro-evitativo. Niño experimenta frustración en las relaciones con su madre y tiende a mostrarse irritable y despegado.

 

Influencia de los apegos

Como que la modalidad específica de apego que establecemos en la infancia se mantiene relativamente estable en la edad adulta, ésta influirá de forma determinante en nuestra forma de vincularnos y establecer relaciones con personas significativas. De este modo:

Las personas seguras se sienten tranquilas y protegidas en las relaciones siendo felices con sus parejas. Confían y la aceptan a pesar de sus limitaciones, debilidades y/o diferencias. Mantienen su relación durante más tiempo que los otros grupos.

Las personas ansiosas tienen miedo al abandono. La experiencia de pareja suele ser obsesiva, en la que existen celos, miedos, exigencias y altibajos emocionales. Tienden a la dependencia emocional y a idealizar a su pareja porque dudan de su propia valía.

Las personas evitadoras, no se sienten cómodas en la proximidad emocional y les cuesta compartir sus sentimientos, confiar en su pareja y aceptar sus debilidades. Creen que no necesitan a nadie para ser felices y es poco probable encontrar a alguien de quien se puedan enamorar realmente.

La combinación que más facilita una relación estable y gratificante es la de dos personas con un estilo de apego seguro porque se basará en la confianza mutua favoreciendo la comunicación y la intimidad. En las demás combinaciones dependerá de otros factores siendo algunas más o menos conflictivas.